LA VERDAD DETRÁS DEL FRACASO
- Maria Hernandez
- 9 oct 2018
- 2 Min. de lectura
Aunque admiro y honro la historia de José (el soñador), nunca la había sentido tan cerca y real como en esta ocasión. Incluso, puedo asegurar que si la menciono una o dos veces en alguno de mis escritos anteriores es demasiado.
Este hombre paso por contextos muy variados, de consentido de sus padres ha ser vendido por sus hermanos, esclavo, prisionero y gobernador en Egipto, sin embargo, en ninguno de estos escenarios se sintió fracasado, al contrario, José abrazaba cada temporada a la que Dios lo llamaba como suya, la vivía con tanta intensidad y pasión que sobresalía y siempre daba buenos frutos.
Ahora, desde que Dios deposito el sueño dentro de el hasta que se cumplió transcurrieron aproximadamente ¡14 laaaaaargos años! de subidas, bajadas y a pesar de esto nunca se frustró. Tan humano como cualquiera, pero con la fe de vivir el presente sin perder de vista el futuro al que Dios lo había llamado.

¿Cuántas veces hemos labrado tanto la tierra sin ver resultados que ante la frustración soltamos la pala? O ¿Cuántos realmente nos plantamos en cada temporada a la que Dios nos llama expectantes y determinados a dar frutos de excelencia.
Lo que me vuela la cabeza de José es su optimismo y capacidad de prosperar aunque todo estuviera dispuesto para un fracaso. No importaba lo duro que lo golpeaba la realidad, prosperó en todo y puedo decir que el secreto de su éxito fue precisamente plantarse y casarse con cada etapa.
¿En que áreas te haz sentido fracasado?
Si prestas atención y navegas por tu subconsciente conscientemente, te darás cuenta que la verdad detrás de cada fracaso no esta en las circunstancias, sino en rehusar a comprometerte 100% con la temporada.
Quizás tus sueños no se hacen realidad porque no te haz casado con ellos. Tal vez no haz visto el fruto que esperas ver en el ministerio porque no te haz plantado en tu iglesia y en la visión de ella. Los fracasos emocionales no tienen nada que ver con algo malo en ti, sino con la falta de objetivos y convicciones claras.
Claro que es cierto que estrategias son cambiables, pero los objetivos siempre deben ser claros. Así que, crecimiento y éxito es fácil cuando decides plantarte, vivir y abrazar las temporadas, consciente de que son simplemente eso, temporadas. Sea verano, invierno, otoño o primavera.
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