FE SALVAJE
- Maria Hernandez
- 9 oct 2018
- 2 Min. de lectura
Es paradójico. El siendo tú Dios, también se limita al tamaño de tu fe.
A simple vista no eran buenas estrategias. Era jugar a perder. Era absurdo e ilógico. Tonto.
Era contra pronóstico.
No había posibilidad de que Abraham sobreviviera tanto tiempo en una tierra que desconocía, además desértica, pero lo logro atendiendo el llamado de Dios.
Lo mejor que sabía hacer Jacob era estafar, ¿Quién le confía la fundación de una nación a alguien así? Solo Dios.
¡Vamos! No es lo mismo dirigir unas cuentas docenas de ovejas como pastor, a tener que dirigir un pueblo –terco y conformista- de más de 5.000 personas hacia un destino y por un camino árido. Moisés lo logró. Dirigió a Israel a la tierra prometida.
¿Confiar la tarea de no solo dar a luz al Salvador del mundo, sino también cuidarlo y educarlo, a un ser humano? A una mujer, humilde y pueblerina. Eso suena a Dios.

Entre tanto, si. Es valido. Puedes dudar de cualquier cosa acerca de Dios, pero nunca, nunca podrás dudar de su perfecta capacidad de crear.
Crear de la página en blanco, crear de las ruinas, del vacío, lo improbable e imposible. Crear vida de lo muerto, gozo del dolor, algo bueno de lo malo. La mejor versión de ti en tu adversidad.
“En el principio, Dios creó los cielos y la tierra.”
Génesis 1:1
¿Sera que Su capacidad de crear algo nuevo en nosotros está directamente conectado a nuestros puntos de quiebres?
Es paradójico. El siendo tú Dios, también se limita al tamaño de tu fe. A veces, El derriba todas las paredes de donde te sostienes –no porque quiera verte caer- sino para hacer crecer tú fe en que El puede, para que puedas sostenerte a El. Es paradójico, y aun no sabemos que fe hace que “Dios cree lo que tu creas”.
En ocasiones nos acostumbramos a una vida demasiado tranquila, cómoda, irrelevante y resignada… ¿Hace cuanto no tienes algo increíble que contar de Dios sobre tu vida?
Nos aterra el terreno vacío, que el paracaídas no abra si nos lanzamos del avión, aventurarnos a algo desconocido y es que aun desconocemos que de la nada es que Dios puede crear todo -algo nuevo-. Dios crea caminos en lo intransitable, y oportunidades de lo improbable.
El es sorpresa, es milagros. Dios es Dios de más, de probabilidades, puertas abiertas; y solo cuando nuestra fe deje de ser domesticada, su capacidad de crear en nosotros será ilimitada.
Comments