CORAZÓN SAMARITANO
- Maria Hernandez
- 1 oct 2018
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 8 oct 2018
Juan 4.

Esta historia, sin dudas es de mis top.
Puede que sea la manera en como Jesús altero la “gira de medios” o su naturaleza pastoral de dejar las 99 por una. También la osadía de romper mas de 400 años de silencio entre judíos y samaritanos o mi inclinación profética me lleve a la manera en como le hablo con franqueza a la mujer samaritana de su vida.
Luego pienso en todas las veces que he tenido sed (Digo, esa sed del alma o espíritu) y las veces que he intentado saciarla con una cantidad de cosas incorrectas que la propuesta de un agua viva que sacia eternamente de Jesús, me atrae a El.
¡Por favor! No dejemos a un lado la humildad de Jesús, la manera en como hace un pase de pelota a la mujer samaritana dejándola a ella hacer el gol. Es Messi haciendo un pase a Luis Suarez para el gol decisivo del partido. El sabia que no se trataba de jugadores, la gloria seria del equipo completo, el equipo que siempre gana: el de Dios.
Y aunque todo esto vuela mi cabeza, hay algo que logra conmoverme aun más:
El corazón de la mujer samaritana.
Mientras que los fariseos discutían y enfrentaban a Jesús, el pueblo lo acosaba por milagros y sus discípulos pelaban por puesto de honor en el cielo; ella no desaprovecho la única –quizás- oportunidad que tenia de aprender mas de Dios.
El creer que somos dueños absolutos de la verdad es lo más absurdo y egocéntrico que existe, dado que somos seres humanos vulnerables al error y a equivocarnos – aun siendo cristianos- la verdad sigue siendo Jesús, no nosotros.
El hombre del que Dios dijo “es un hombre conforme a mi corazón” fue un hombre con muchísimas fallas, sin embargo, lo que realmente hizo la diferencia fue la actitud de su corazón, esa actitud de redireccionar su vida si era necesario. Un corazón arrepentido y dispuesto aprender de los errores.
Ninguna otra persona en tiempos de Jesús hizo lo que la mujer samaritana, lograr que una aldea entera creyera en el Mesías en tan poco tiempo; y si de algo estoy convencida a parte de la gracia de Jesús sobre ella es que su corazón samaritano –enseñable- fue trascendental en esta historia.
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