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TU

DISEÑO

CORAZÓN DESCALZO

  • Foto del escritor: Maria Hernandez
    Maria Hernandez
  • 1 oct 2018
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 11 oct 2018

Cada vez que Dios me concede la oportunidad de visitar ese lugar, me disfruto la aventura.


Desde el momento que mis pies pisan el bus que conduce al corazón del pueblo. Desde ese momento mantengo mis ojos bien abiertos y disfruto el recorrido por aquella carretera estrecha rodeada de montañas imponentes, la idiosincrasia de la gente que sin querer me contagia de amor por ese lugar y por ellos, los paseos por terrenos boscosos acompañados del clima frío perfecto y por supuesto el caminar descalzos por el largo río a temperatura bajo cero pero sintiendo cada textura, cada hoja, cada piedra que hace acercarnos al destino con mayor cuidado.


Así es Calderas. Un pueblo mágico ubicado a las afueras de Barinas.


Las coordenadas que me llevan a este lugar y las sensaciones que me produce, me hacen pensar en un lugar que la biblia describe como “el corazón del desierto”, en un arbusto que ardía en fuego sin consumirse y que causó sensación de asombro parecida en mi amigo Moisés.


“Esto es increíble —se dijo a sí mismo— ¿Por qué esa zarza no se consume? Tengo que ir a verla de cerca.”

Éxodo 3:3


Leo esto, y mi curiosidad no deja de preguntar ¿Por cuánto tiempo estuvo Moisés viendo la zarza como para darse cuenta que no se consumía y así acercarse? ¿Sera que hemos sido tan ajenos a las maravillas de Dios en nuestra vida, como para ni siquiera notarlas?

Leo esto, y algo si tengo claro: Toda la creación es encendida por Dios para llamar nuestra atención, pero ¿Por cuánto tiempo hemos visto estas maravillas como eventos normales? ¿5,10, 20 años? ¿Toda una vida?


No puedo expresar como he sobrevivido a la tambaleante economía por la que pasa mi país ahora, sin decir antes que ha sido una zarza encendida de Dios. Estar sanos, respirar cada día, ser rodeados de personas que bendicen es, sin dudas el fuego de Dios ardiendo.


Dios es muy bueno y solo cuando se esta consciente de sus maravillas logramos tener la certeza de esto. No podemos pensar o decir que Dios es omnisciente y dudar del futuro extraordinario que El tiene para nosotros, que es omnipotente y tomar las riendas de la vida en nuestras fuerzas. Ni siquiera podemos decir que es omnipresente y actuar como si solo viviera en la iglesia.

Y ahora que escribo sobre esto, ¿será que Dios se refería a eso cuando mando a Moisés a quitar sus sandalias?


“No te acerques más —le advirtió el Señor—. Quítate las sandalias, porque estás pisando tierra santa.”

Éxodo 3:5


Digo, yo no podría percibir lo mismo, ni caminar por el río de Calderas con zapatos de la misma manera que lo hago cuando no los cargo puesto. Quizás Moisés no hubiese percibido el llamado de Dios y la necesidad del pueblo de ser liberado de Egipto si su corazón permanecía con “zapatos”.


Porque es que cuando se tiene el corazón descalzo se camina más despacio, se esta más atento del entorno, por donde pasas, en donde pondrás tu próxima pisada.


Porque es que cuando se tiene el corazón descalzo, cuidas mucho más lo que dices, oyes y ves porque lo sientes más agudo. Te vuelves sensible a Dios, amas más como El ama y te preocupa más lo que a El le preocupa.

Posiblemente lo que el mundo necesita, de pronto lo que la iglesia precise sea más personas con el corazón descalzo.

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