¿STOP?
- Maria Hernandez
- 9 oct 2018
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 11 oct 2018
No se despierta con el deseo en el corazón de ser esclavo.
Cuatrocientos años de esclavitud se empiezan sigilosamente. Los primeros años se trata de agradecimiento, una mano amiga por el apoyo antes brindado, una contribución de un pueblo extranjero, una ayuda piadosa por el apoyo en tiempos difíciles.
Pero cuando se trata de un país como Egipto, cuando es un pueblo tan perverso de corazón, se tiene que andar con cuidado. Porque con el tiempo el agradecimiento, lo convierten el olvido, la mano amiga en actos crueles y la contribución no más de cincuenta años se transforma en esclavitud.

Es obvio que Egipto tiene su parte, lees la historia y es evidente la maldad de esta gran nación, pero ¿Qué me dices de Israel?
Los hijos de Dios, la nación santa, el pueblo de las promesas, los milagros y misericordia del Padre. ¿Qué tan empañada tiene que estar tu identidad como para permitir que te esclavicen? No por dos o treinta años, ni siquiera cien años, sino ¡400! ¡400 años de esclavitud!
¿Qué tan lleno de actividad inconsciente necesitas estar como para perderte a ti mismo?
No me sorprende que el arma que uso satanás con el pueblo de Dios para paralizar los sueños y neutralizar su propósito sea la misma que use hoy día, se llama:
Actividad.
La ultima semana estuve practicando un ejercicio ¿Qué te parece si lo trabajas conmigo? Se trata de detenerse y hacer un stop.
Toma todo el tiempo que inviertes revisando o publicando actualizaciones en cualquier red social (Instagram, Facebook); las horas que te toma los blog y canales en Youtube y por supuesto todas las conversaciones que no llevan a un fin productivo o al menos constructivo. Si cuando le restas todo esto a tu vida, obtienes un cero o menos cero haz caído en la trampa.
Cuando en la balanza de prioridades pesa más la actividad que tu propósito, hay algo mal en tu vida, porque siendo sinceros la actividad no siempre es sinónimo de éxito.
Éxito, muy personalmente es hacer de tu propósito una plataforma que te impulse a cumplir tus sueños y en su defecto ayudar a los demás.
Querido, la historia es buena consejera. No desearía ella que cometeríamos los mismos errores de Israel en Egipto. No querría que aún de camino a la tierra prometida, tu costumbre por hacer todo, le frene a Dios la posibilidad de hacer por ti. Haz un STOP, y empezarás a entender un poco más las plagas, el mar abriéndose en dos, el maná y las codornices.
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