INVISIBLE
- Maria Hernandez
- 9 oct 2018
- 1 Min. de lectura

Empiezo mis líneas dirigidas, haciendo oportunas las palabras de tan aplaudido y querido poeta Beethoven, a su amada inmortal “¿puede nuestro amor existir, si no es a través del sacrificio?”
Tratándose en este caso, tesoro inmortal, de tu sacrificio. El acto perfectamente terminado que hace posible el motivo de esta carta: Nuestro amor; y tenga yo la fuerza y voluntad de hacerle ver mi asombro a la manera como crece cada día este. ¡Sepa yo escribirle siempre! sobre mi felicidad hacia su invisibilidad tan visible en mi vida.
Este seguro y no dude, que aunque no puedo verlo, ya me atrae; y aunque no puedo tocarle logra paralizarme.
¿Existe alguna dimensión para este amor?
Alguna dimensión para sus abrazos que no puedo ver y me hacen sentir segura. Un color de ojos que desconozco y me miran y me siento amada. Una sonrisa perfecta que irradia esperanza. Existe alguna dimensión para sus besos invisibles que transmiten vida y su caminar que da propósito.
Siendo si su respuesta, ¿Hay medida de tiempo para este amor?
De ser así, le propongo que empecemos con un “para siempre”
A mi tesoro.
Comments